Las Corrientes de la Educación Ambiental

por Daniela Galindo

La educación ambiental, al ser una disciplina en constante cambio, comprende varios enfoques distintos dependiendo del momento, del lugar, la audiencia y de las personas que lleven a cabo la acción educativa.

A continuación, vamos a comprender algunas de las diferentes corrientes que existen sobre cómo plantear la educación ambiental. 

La corriente naturalista

La corriente naturalista, como su propio nombre indica, está basada en crear un lazo entre el ser humano y la naturaleza de modo que se establezcan relaciones emocionales entre ambos. Esta perspectiva apoya la idea de que la realización de experiencias educativas en el propio medio es muy productiva, pues son fáciles de comprender y «absorber» por los y las aprendices. 

La corriente conservacionista

Esta corriente se preocupa por la conservación de los elementos que componen nuestro medio, como son el agua, el suelo, la energía, las plantas o los animales. La protección de la biodiversidad es un objetivo primordial en este enfoque. Se puede decir que la visión principal de la corriente conservacionista se basa básicamente en considerar el planeta como recurso.

Si basamos la educación ambiental en esta corriente corremos el peligro de transmitir a la población que el planeta nos pertenece, y ver la Tierra como una fuente de recursos de la que sacar provecho. 

La corriente resolutiva

Esta corriente nació en los años 70 cuando la preocupación por los problemas ambientales empezó a crecer, de manera que se considera el medio ambiente con un conjunto de problemas a los que dar solución. Desde esta conciencia el objetivo es la divulgación de los problemas ambientales entre la ciudadanía para llegar a soluciones globales.

La corriente humanista

Esta corriente concibe el medio ambiente como la interacción entre el ser humano y la propia naturaleza. La cultura es un factor clave en esta perspectiva, pues se cree que el medio ambiente no está constituido exclusivamente por elementos físicos, sino que la dimensión cultural influye profundamente en la transformación del medio que habitamos.

La corriente holística

Desde esta corriente se aborda la realidad ambiental de una manera diferente, pues concibe el medio como un todo, donde los componentes del mismo entorno tienen relaciones complejas de manera que forman un sistema. Por este motivo no pueden ser analizados de forma individual, sino como un conjunto o un sistema. 

La corriente bio-regionalista

Una bioregión es aquel lugar que tiene unas características comunes como son el relieve, los animales y plantas. Esta corriente dota de gran importancia al sentimiento de pertenencia a un lugar determinado, es decir, a la relación afectiva que se crea con un medio determinado. Fomentar el amor por la tierra es una gran herramienta que nos servirá como guía para una educación ambiental consciente y con resultados tangibles.

La corriente de crítica social

Esta visión del medio ambiente insiste en la importancia de analizar qué tipos de relaciones y dinámicas existen en nuestras sociedades, pues en ellas se hallan las principales problemáticas ambientales. Gracias a esa autocrítica social, el sujeto y el grupo se cuestiona y toma conciencia de los cambios que le gustaría que ocurriesen, y los cambios necesarios en nuestra forma de vida grupal e individual.

La corriente de la ecoeducación

Esta visión de la educación ambiental tiene como eje la educación como vía para mejorar nuestro entorno, tomando como punto de partida las relaciones que establecemos con el medio ambiente.

La corriente de la sostenibilidad

Por último, la corriente de la sostenibilidad, un factor que no podemos dejar a un lado, pues debido al sistema económico en el que vivimos y sus consecuencias debemos trabajar para guiar a la población hacia un consumo responsable y sostenible, así como introducir conceptos ya no tan nuevos como «decrecimento», única vía para poner freno a los impactos ambientales a los que sometemos al planeta.