Herpetofauna bajo cuidado humano

por M.V.Z Georgina Andrea Orduña Ruíz

La relevancia del mantenimiento de herpetofauna bajo cuidado humano es cada vez mayor, existiendo diferentes motivos para esta práctica: Exhibición, educación,  investigación y compañía. Algunas de estas prácticas se consideran controversiales, sin embargo, hay aspectos de suma importancia que deben ser considerados para estos fines.

La primera que abordaremos es la exhibición, siendo la razón más frecuente para la tenencia de herpetofauna y estando estrechamente relacionada con el auge de la industria turística. Esta práctica está sujeta  a legislaciones para estos fines y puede variar, dependiendo de la normatividad de cada país.

Diversos centros e instituciones que actualmente mantienen reptiles y anfibios presentan un extenso abanico de posibilidades para la conservación de la biodiversidad de dichas especies:

  1. Educación ambiental: La observación de dichos animales en un entorno controlado permite que el público pueda conocerlos y disminuir los atributos místicos que usualmente rodean a estos animales, para poner en evidencia sus características reales y dar a conocer el papel ecológico como depredadores y dispersores de semillas, que los hacen indispensables para el medio ambiente y la supervivencia de otras especies.
  2. La mayoría de estos centros funcionan también como refugio de animales provenientes de decomisos de tráfico ilegal o abandonos.
  3. Proveen mantenimiento a especies amenazadas, cuyas poblaciones naturales se encuentran en un punto crítico.

Los grupos de reptiles y anfibios con mayor representación son: serpientes (con 87 especies), anuros (30 especies), saurios (14 especies), tortugas (10 especies) y cocodrilianos (3 especies) reportadas en herpetarios de Costa Rica (2016). Algunas de las especies más comunes bajo cuidado humano en esta modalidad son las siguientes: Boa constrictor, Bothrops asper (terciopelo o nauyaca real) y Bothriechis schlegelli (nauyaca de pestañas o toboba).

En el ámbito de la investigación, la importancia de la herpetofauna es más evidente, debido a su amplia distribución en ecosistemas, siendo los inventarios regionales y locales de biodiversidad el enfoque de investigación más frecuente.  El grupo más estudiado es el de los anfibios. Se han reportado investigaciones de los géneros Gastrotheca (Ranas marsupiales), Pleurodema (Ranas de 4 ojos) y Xenopus (Ranas con uñas) en investigaciones sobre conducta reproductiva, relaciones de comensalismo con invertebrados, su papel en los ecosistemas y su relaciones con factores medioambientales y su rol como indicadores contaminantes de agua y aire.

Por último, este auge en la herpetocultura, también ha generado incremento en la aceptación de estos animales como mascotas. Principalmente tortugas, como Kinosternon (tortugas casquito), Trachemys scripta (tortuga japonesa), lacértidos como Iguana iguana y algunas serpientes como Boa constrictor.  Sin embargo; algunas consideraciones especiales en este último ámbito son la verificación de la legal procedencia del ejemplar para no contribuir al tráfico ilegal y afectar las poblaciones en vida libre, así como considerar el impacto devastador (a la diversidad del ecosistema e impacto zoonótico) que puede tener liberar alguna de las especies que adquiridas al medio ambiente, tal es el caso de Trachemys scripta elegans que actualmente se considera una especie invasora y ha llegado a desplazar a especies nativas y competir por alimento, lo cual puede llevar a la extinción de animales nativos.

Existen diferentes modalidades de la tenencia de reptiles bajo cuidado humano y el aumento de interés en estos animales hace evidente la necesidad de generar más información, no solo de la biología de las especies y su importancia ecológica, sino también sobre tenencia responsable, para hacer de estas modalidades de herpetocultua, una herramienta para la conservación de nuestra herpetofauna.